Un
equipo de profesionales concluyó que la instalación de una planta
regasificadora traería consecuencias socioeconómicas negativas.
En un escrito de dos carillas, una comisión multidisciplinaria ad hoc integrada
por profesionales del Departamento de Economía de la Universidad
Nacional del Sur concluyó que la propuesta de localización de una planta
de regasificación de gas natural licuado en la zona de Puerto Cuatreros
generará "una serie de impactos socioeconómicos negativos".
Los mismos se relacionan con la instalación del emprendimiento propiamente dicho, y con el necesario dragado que debe realizarse entre Puerto Galván y General Cerri para permitir el acceso de los buques.
El informe indica que el estudio de impacto ambiental presentado por YPF cuenta con aspectos "insuficientemente evaluados", por caso, no considerar localizaciones alternativas.
"Tampoco se analizan opciones tecnológicas con distintos impactos socioeconómicos y ambientales. No se especifica qué agente asumirá el costo del dragado inicial y de mantenimiento, resultando plausible que el mismo sea afrontado con fondos proporcionados por los gobiernos nacional y provincial", señala.
El estudio es firmado por Gustavo Burachik, Gabriela Cristiano, Silvia London, Flavia Poinsot, Fernando Romero, Valentino Viego y Mariano Zilio.
El trabajo detalla los impactos negativos, según la visión de estos profesionales de la UNS:
Los mismos se relacionan con la instalación del emprendimiento propiamente dicho, y con el necesario dragado que debe realizarse entre Puerto Galván y General Cerri para permitir el acceso de los buques.
El informe indica que el estudio de impacto ambiental presentado por YPF cuenta con aspectos "insuficientemente evaluados", por caso, no considerar localizaciones alternativas.
"Tampoco se analizan opciones tecnológicas con distintos impactos socioeconómicos y ambientales. No se especifica qué agente asumirá el costo del dragado inicial y de mantenimiento, resultando plausible que el mismo sea afrontado con fondos proporcionados por los gobiernos nacional y provincial", señala.
El estudio es firmado por Gustavo Burachik, Gabriela Cristiano, Silvia London, Flavia Poinsot, Fernando Romero, Valentino Viego y Mariano Zilio.
El trabajo detalla los impactos negativos, según la visión de estos profesionales de la UNS:
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Se interrumpiría, por un período indeterminado, la actividad pesquera
en el área de influencia, que involucra según la última información
oficial disponible a 114 embarcaciones (Suquele y Colautti, 2005) y
aproximadamente (en forma directa) a unas 300 familias (Cámara de
Pescadores Artesanales).
A esto debe sumarse la pérdida de los empleos generados por encadenamientos de la actividad pesquera (peladeros, plantas procesadoras, frigoríficos, fleteros, etcétera), que ocupan a un número mucho mayor de familias en la zona afectada.
La relocalización de los trabajadores del sector de pesca en empleos alternativos resulta muy dificultosa, por tratarse de individuos que realizan una actividad de aptitud focalizada.
* El efecto negativo sobre el recurso pesquero se extendería más allá del estuario, ya que el servicio de cría influye en las tasas de captura en el exterior del mismo (Routaboul, 2011).
* Como consecuencia de la afectación de las aguas superficiales y subterráneas (admitida en el Estudio de Impacto Ambiental, de Serman Consultores), se producirá un impacto negativo sobre la horticultura que se desarrolla actualmente en Cerri y zonas aledañas en unas 37 explotaciones (Alamo, 2007; Lorda y Kraser, 2011).
* Dado el número de nuevos puestos de trabajo estables previstos a partir de la puesta en funcionamiento de la planta regasificadora, el balance de puestos de trabajo permanentes afectados directamente e indirectamente por el proyecto resulta negativo debido a la interrupción de la pesca, de las actividades vinculadas a ella y de los efectos negativos sobre la horticultura.
* Impacto negativo sobre el precio del suelo urbano y de la propiedad inmueble en Cerri (Consultas con operadores inmobiliarios de Ingeniero White).
* Pérdida del valor de existencia del servicio ecosistémico del estuario.
A esto debe sumarse la pérdida de los empleos generados por encadenamientos de la actividad pesquera (peladeros, plantas procesadoras, frigoríficos, fleteros, etcétera), que ocupan a un número mucho mayor de familias en la zona afectada.
La relocalización de los trabajadores del sector de pesca en empleos alternativos resulta muy dificultosa, por tratarse de individuos que realizan una actividad de aptitud focalizada.
* El efecto negativo sobre el recurso pesquero se extendería más allá del estuario, ya que el servicio de cría influye en las tasas de captura en el exterior del mismo (Routaboul, 2011).
* Como consecuencia de la afectación de las aguas superficiales y subterráneas (admitida en el Estudio de Impacto Ambiental, de Serman Consultores), se producirá un impacto negativo sobre la horticultura que se desarrolla actualmente en Cerri y zonas aledañas en unas 37 explotaciones (Alamo, 2007; Lorda y Kraser, 2011).
* Dado el número de nuevos puestos de trabajo estables previstos a partir de la puesta en funcionamiento de la planta regasificadora, el balance de puestos de trabajo permanentes afectados directamente e indirectamente por el proyecto resulta negativo debido a la interrupción de la pesca, de las actividades vinculadas a ella y de los efectos negativos sobre la horticultura.
* Impacto negativo sobre el precio del suelo urbano y de la propiedad inmueble en Cerri (Consultas con operadores inmobiliarios de Ingeniero White).
* Pérdida del valor de existencia del servicio ecosistémico del estuario.
Fuente: http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/23/02/2012/c2n022.html