El incremento del delito es un síntoma de descomposición del régimen social. El poder político, la jefatura policial y la Justicia lo amparan por acción u omisión. Las pujas al interior de la policía responden a las fracturas dentro del kirchnerismo. Igual raíz tiene la creación de las policías comunales. La “Guardia Urbana”, saludada por todo el arco opositor en nuestra ciudad (Massismo, UCR-FAP y Woscoff), forma parte de esta disputa que pone en riesgo la seguridad ciudadana.
Los vecinos conocen los focos de delito: narcotráfico, desarmaderos, trata de personas. Han denunciado la complicidad de las jefaturas policiales. Sin embargo el único gran despliegue policial en la ciudad fue para desalojar a los “sin techo” del Plan Federal, por orden directa del intendente.
El conjunto de los bloques del CD reclaman reforzar el aparato policial, pero de nada vale sin desmantelar su entrelazamiento con el delito. El “vecinalismo” de IC exige a los vecinos “no comprar artículos robados”, cargándoles la responsabilidad de la inseguridad.
Planteamos abrir lo libros y registros de comisarías a comisiones populares. Exigimos la destitución de todos los oficiales y comisarios implicados en casos de corrupción, zonas liberadas y gatillo fácil en la Bonaerense. Hay que constituir una fuerza de seguridad bajo control de las organizaciones populares y de derechos humanos. Elección popular de jueces y fiscales, con revocabilidad inmediata en caso de incumplimiento en el servicio.
Néstor Conte – candidato a Concejal del Frente de Izquierda y de los Trabajadores
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